PRIMERA CONVERSACIÓN Semana del 1 al 7 de Mayo 2023 – 3 MIN
Lección Nº 18: Presentar información instructiva.
Texto: Romanos 15:4.
Marco de Circunstancias: Predicando de casa en casa.
A – Buenos días. Soy Alberto, vecino de la comunidad, ¿cómo se encuentra? ¿cuál es su nombre?
B – Buenos días, soy Israel. ¿Usted es Testigo de Jehová, no?
A – Así es, ¿suele hablar con los Testigos de Jehová cuando le tocan la puerta?
B – Pues la verdad es que no, por una cosa o por otra no suelo poder atenderos.
A – Le agradecemos la sinceridad, y por ello, le diré que seré muy breve, no tardaré más de 3 minutos.
B – Bueno… pues si es así, hoy le podré hacer una excepción…
A – Genial, me alegro, pues justamente quiero hablar de esto mismo… quizás uno de los motivos por lo que no nos sueles atender es porque no le interesa ya que hablamos de la Biblia, ¿qué es para usted la Biblia?
B – Pues ya que estamos hablando con sinceridad, la Biblia para mi personalmente, no me aporta nada en la vida.
A – Le entiendo, ¿puedo hacerle una pregunta también muy sincera y directa?
B – Claro, dígame…
A – ¿Cuántas veces ha leído usted la Biblia? Pero, completamente, del inicio al final… no me refiero ir a misa los domingos con nuestros padres en aquel entonces, o cosas por el estilo… sino usted, leerla personalmente completa…
B – ¿Completa? ¿De inicio a final? Nunca.
A – Pues así es imposible que le aporte nada en su vida, ¿no cree? ¿le puedo leer un texto bíblico? Es Romanos 15:4… ¿o quizás lo quiera leer usted?
B – Vale, lo leo yo, ya que tiene razón en lo que me está argumentando… a ver… dice: “Porque todas las cosas que fueron escritas anteriormente fueron escritas para nuestra enseñanza, para que mediante nuestro aguante y el consuelo de las Escrituras tengamos esperanza”.
A – Muchas gracias por la lectura de este texto, ¿qué opina?
B – Opino que puede ser cierto, que podrían haber cosas escritas que sean para nuestra enseñanza, y que quizás incluso me puedan ayudar, aunque no sé cómo…
A – Usted es joven, ¿recuerda cuando estaba estudiando una enseñanza reglada?
B – Sí, lo recuerdo como si fuera ayer… De hecho, fui a la universidad no hace mucho…
A – Genial, pues permíteme ponerle un ejemplo… alguna vez para preparar una asignatura no se sentía perdido porque no sabía exactamente qué estudiar para poder aprobar el examen ya que la materia era muy extensa…
B – Toda la razón, menos mal que el profesor, a veces, porque no siempre, estaba ahí y cuando le preguntas te decía más o menos que libro leer…
A – Y aprobabas. ¿Cómo podemos aprobar en la vida? Me refiero, a que nos vaya mejor, a no tener tantos problemas… ¿qué guía piensa que es la mejor? Libros de autoayuda hay muchos, por ejemplo, pero la Biblia es más que eso…
B – No le voy a mentir, no le quito la razón, de hecho, posiblemente no se equivoque, pero siendo sinceros, como lo hemos sido desde el comienzo de la conversación, no me veo leyendo la Biblia de inicio a fin…
A – No se preocupe, tampoco es mi propósito, simplemente me ha gustado que lo hayamos razonado… fíjese que el texto anteriormente leído, que para tener esperanza no solamente basta con leer la Biblia sino que tenemos que poner de nuestra parte… y para que veas si te vale la pena dedicar tiempo a estudiar la Biblia, que tal si el próximo día vemos en un ratito breve como este cuáles son las promesas que nos hace la Biblia y que nos dan esperanza…
B – Pues mire, no me importa volver a hablar con usted sobre eso el próximo día, y ya iremos viendo…
A – Genial Israel, nos vemos el próximo sábado en torno a la misma hora…