Los deseos se pueden convertir en una obsesión, y esto puede resultar muy dañino o casi mortal. No es malo tener deseos, siempre que no se conviertan en obsesiones ni sean malos deseos o vayan en contra de la voluntad de Jehová.
Por ejemplo, como siervos de Jehová podemos tener el deseo de predicar en territorios con necesidad o lejanos. Esto es muy bueno ya que queremos ayudar a las personas y a las congregaciones que tienen dificultades para afrontar su territorio o llegar a ciertos lugares.
Sin embargo, se puede convertir en una obsesión, por ejemplo, cuando se nos dan instrucciones de servir en nuestra congregación porque hay necesidad y nos empeñamos en cumplir con nuestro deseo haciendo caso omiso a las instrucciones que se nos da e incluso pensando mal de los hermanos al no querer darnos esa asignación en el servicio del campo.
Si esto puede ocurrir, a priori, con un buen deseo, mucho más nos puede pasar si tenemos malos deseos y dejamos que estos nos controlen y se conviertan en una obsesión.
Nos puede llevar a pecar gravemente y apartarnos mucho tiempo del lado de Jehová como le ocurrió a David. ¿Cuál era su mal deseo que lo apartó de Jehová? El deseo de la carne, que afecta y contamina tanto a la sociedad de hoy día. Vamos a leerlo en 2 de Samuel 11:2-4:
En cierta ocasión al anochecer, David se levantó de la cama y se puso a caminar por la azotea de la casa real. Desde allí vio a una mujer bañándose, y ella era muy hermosa. David mandó a alguien a averiguar quién era la mujer, y le dijeron: “Ella es Bat-Seba hija de Eliam y esposa de Urías el hitita”. Entonces David mandó mensajeros para que la trajeran. Así que la mujer entró adonde estaba él, y él se acostó con ella. (Esto ocurrió mientras ella estaba purificándose de su impureza). Después, ella regresó a su casa.
2 Samuel 11:2-4
Un hombre poderoso como David que tenía todo lo que quería y más, que incluso tenía varias esposas… no tenían ninguna necesidad de pecar de esta forma con Jehová por otra mujer. Sin embargo, este mal deseo dejó que lo controlara y que perdiera el favor de Dios.
David, y este deseo que le controló, le hizo olvidar todo lo que Jehová había hecho por Él, todo lo que le había proveído… todas las cosas, riquezas, prestigio y victorias sobre sus enemigos. Todo por lo que David estaba muy agradecido a Dios desaparición por un simple deseo malo. Es más, llevó a David a que se las arreglara para que matarán a Urías.
El esposo de Bat-Seba con quien cometió adulterio y dejó embarazada durante su periodo de purificación de su impureza. Se olvidó completamente de Jehová, incluso se olvidó de que estaba viendo todo lo que hacía. Si a un Rey como David le ocurrió algo así teniéndolo todo, a nosotros nos puede pasar también con cualquier deseo malo. No debemos dejar que nos controlen nunca, de hecho, debemos erradicarlos de nuestra mente y corazón para que no nos lleve a pecar contra Dios.
Por si fuera poco, como hemos comentado, David intentó ocultar con el poder que tenia como Rey el pecado que había cometido, incurriendo en una conducta aún peor. Vamos a leerlo en 2 Samuel 11:5 donde Bat-Seba le informa que está embarazada y lo que hace David con el esposo de la mujer en los versículo 14 y 15 para provocar su muerte.
5 Y resulta que la mujer quedó embarazada y le mandó decir a David: “Estoy embarazada”. 14 Por la mañana, David le escribió una carta a Joab y se la envió mediante Urías. 15 En su carta escribió esto: “Pongan a Urías en las primeras líneas de batalla, donde la lucha es más violenta. Luego retírense y déjenlo solo para que lo ataquen y muera”.
2 Samuel 11:5, 14, 15.
¿Es esta una forma de actuar de una persona a la que Jehová nombró cabeza de toda la nación de Israel? Por supuesto que no. Podemos hacernos una pequeña idea de lo que Jehová estaba sintiendo hacia David viéndolo actuar de esta forma, y todo por el deseo que vemos en la imagen de esta semana de la guía de actividades.
David cometió graves errores durante su mandato, su posición de poder le hizo hacer cosas muy buenas y cosas muy malas como acabamos de leer en estos versículos. Y por las que tuvo que pagar sus consecuencias por mucho que después se diese cuenta y se arrepintiera abriendo su corazón a Jehová mediante oración.
David tuvo bunas intenciones y escuchó consejos de todo tipo de hombres y mujeres, aprendió de sus errores y centró su vida en servir a Jehová aunque deseos malos como el que hemos comentado hizo que se alejara de él. David nos deja un ejemplo muy útil para que los siervos De Dios actuales no caigan en la misma tentación y dejemos que malos deseos nos alejen De Dios. Vamos a leer 2 Samuel 12:9-12:
¿Por qué despreciaste las palabras de Jehová haciendo lo que está mal a sus ojos? ¡A Urías el hitita lo mataste a espada! Y luego, después de matarlo con la espada de los ammonitas, te quedaste con su esposa y te casaste con ella. 10 Ahora la espada nunca se apartará de tu casa, porque me despreciaste al quitarle la esposa a Urías el hitita y casarte con ella’. 11 Esto es lo que dice Jehová: ‘Ahora te mandaré calamidades que saldrán de tu propia casa. Y, delante de tus propios ojos, te quitaré a tus esposas y se las daré a otro, y él se acostará con ellas a plena luz del día. 12 Tú actuaste a escondidas, pero yo haré esto enfrente de todo Israel y a plena luz del día’”.
2 Samuel 12:9-12
Aprender de la Biblia y seguir sus sabios consejos evitará que suframos las consecuencias de posibles actos impropios de un cristiano. Cuando vemos o sentimos un mal deseo, sabemos, gracias a lo que nos enseña la Biblia y los errores que cometieron otras personas del pasado que hemos estudiado en la Biblia, cómo acabará el asunto.
Y lo primero que deseamos, nuestro mayor deseo por encima de cualquier otro, sea bueno o malo, es hacer la voluntad de Jehová. Es por eso que hagamos como dice Proverbios 1:5: “El sabio escucha y absorbe mas instrucción”. Seamos personas sabias y actuemos de acorde a lo que dice la Biblia y no a lo que dice nuestro corazón o mente impulsados por malos deseos. No podemos dejar que estos nos controlen.
Pensemos en cuánto sufrió David al desobedecer a Dios y cometer adulterio con Bat-Seba. Pensemos en lo mucho que han sufrido otros personas bíblicos que han ido en contra de la Palabra De Dios la Biblia. Y pensemos en todos los siervos fieles, lo felices que han vivido, viviendo en sujeción a Jehová.
Pensemos, estudiemos, meditemos y reflexionemos… Hagámonos preguntas como:
- ¿Cómo pudo ahorrarse David todo ese sufrimiento?
- ¿Qué haría yo si me viese en esa situación?
- ¿Huiría o caería en la tentación?
Además, estudiar estos ejemplos y reflexionar profundamente, tiene un doble efecto, ya que por un lado nos concienciamos de los deseos que están mal y por otro lado reforzamos el odio que sentimos por las cosas malas.
Claro, esto no siempre es fácil ya que requiere de nosotros mucho disciplina, estudio y autocontrol para desechar de nuestra mente y corazón deseos y sentimientos contrarios a la Biblia y que la sociedad de hoy día ha arraigado tanto en nuestras vidas. El autocontrol es fundamental para no mirar cosas malas, ni pensar en ellas y mucho menos hacerlas nosotros. Debemos hacer como dice Gálatas 5:16 que vamos a leer:
Así pues, les digo esto: sigan andando de acuerdo con el espíritu y así no harán realidad ningún deseo de la carne.
Gálatas 5:16
Jehová nos conoce mejor que nadie y sabe que esto no es fácil y por eso nos ayuda con el fruto de su espíritu, porque como leemos en Gálatas 5:22,23:
Por otra parte, el fruto del espíritu es amor, felicidad, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fe, apacibilidad, autocontrol. No hay ley en contra de esas cosas.
Gálatas 5:22,23.
Ni ley ni deseo malo que se pueda poner en contra de Él pero para ello de verdad que tenemos que trabajar y cultivar estas buenas cualidades que nos transmite Jehová, confiando en su palabra, orando a Dios y pidiendo su ayuda. Hemos de estudiar y meditar en su Palabra la Biblia.
Esto es un trabajo continuo y comienza preguntándonos: “¿En qué situaciones tengo que controlar mejor mis sentimientos para que no me controlen de mala forma?
Buenas tardes. Sería muy bueno que volvieran a subir tesoros. Muchas gracias