DISCURSO Semana del 7 al 13 de Agosto 2023 – 5 MIN
Lección Nº 20: Hacer una buena conclusión.
Título: “Los buenos publicadores se ayudan entre sí”
Prácticamente cualquier deporte de la actualidad se práctica y se compite en equipo o con un oponente. Y esto no es solo por el espectáculo o la competitividad, sino porque los equipos o nuestros oponentes nos hacen mejores. Un partido individual de tenis, por ejemplo, no es un equipo, pero sí tenemos un oponente.
No es cierto, ¿que hay partidos de diferente nivel? ¿Qué llama más la atención tener un rival muy bueno delante que alguien amateur o que recién empieza? Claro, y eso hace que cada oponente se esfuerce aún más y den lo mejor de sí mismo.
En el pueblo de Dios no competimos entre nosotros mismos, ni con el mundo. Pero sí trabajamos en equipo o en parejas en la predicación, y esto nos hace mejores. Aprendemos de los más jóvenes e inexpertos con sus nuevos enfoques y también aprendemos de la sabiduría y de la experiencia de los mayores; y juntos, sea cual sea nuestra pareja, nos apoyamos. Por tanto, los buenos publicados se ayudan entre sí.
Por esta misma razón Jesús mandó predicar de dos en dos, y el apóstol Pablo mencionó colaboradores que le habían ayudado. Cada uno de nosotros tenemos un papel muy importante, incluso cuando le toca a nuestro compañero tocar la puerta, porque como dice 1 Corintios 3:6-9 que vamos a leer… “Yo planté, Apolos regó, pero Dios siguió haciéndolo crecer, así que ni el que planta ni el que riega son algo, sino Dios, que lo hace crecer. Ahora bien, el que planta y el que riega son uno, pero cada persona recibirá su recompensa según su trabajo. Porque nosotros somos colaboradores de Dios. Ustedes son el campo de Dios que él está cultivando, el edificio de Dios.”
El primer versículo es muy claro, uno planta, el otro riega y es Dios quién decide la voluntad de esa persona. Por lo que vemos que todos tenemos que poner nuestro granito de arena para contribuir a la obra de Dios, ser sus colaboradores, y ayudar a nuestros compañeros en la verdad. Ya sea en el ministerio leyendo textos, ayudándolo si no encuentra palabras a una determinada situación, en las congregaciones con sus tareas o en nuestros ratitos de esparcimiento con nuestra compañía cristiana y valores bíblicos.
Ahora bien, un buen partido de tenis es aquel en que ambos adversarios se esfuerzan por lograr buenos puntos, esto hace que el partido quede en la memoria de los espectadores. Si nuestro saque lo tiramos fuera, no estaremos dejando la oportunidad de jugar a nuestro rival. De igual manera, si nuestro compañero en el ministerio está desarrollando una idea con el amo/a de casa y le interrumpimos, no estamos permitiendo que nuestro compañero haga su juego y estaremos parando el partido, estaremos parando la conversación, lo que podría confundir a la persona que recibe la enseñanza bíblica y desanimando a nuestro compañero, creándole inseguridad para tocar la siguiente puerta.
El tenis es un deporte muy respetuoso, en cada faceta de su juego, se hace el silencio cuando se va a jugar. La forma que tenemos de ayudar y ser buenos colaboradores en la congregación en la que servimos es siendo respetuosos, tenemos que ser como dice Proverbios 18:24, un amigo que se apega más que un hermano. Si así lo hacemos, no estaremos interrumpiendo a nuestro hermano/a o tirándole bolas que no pueda alcanzar o interrumpa el partido. Todo lo contrario, le ayudaremos a mejorar sus presentaciones, no nos centraremos en sus errores sino que juntos mejoraremos y nos haremos mejores porque buscamos el mismo objetivo, ser mejores maestros para contribuir en mayor medida en la obra de evangelizar que nos mandó Jesús y el gran tesoro que nos legó Jehová de dar a conocer las buenas nuevas… 2 Corintios 4:1… si me acompañan a leerlo, dice: “Por lo tanto, ya que tenemos este ministerio por la misericordia que nos mostró, no nos rendimos”. Cada bola que lancemos nos hará mejores y nos la devolveremos con más fuerza cada vez para no rendirnos nunca en la labor de buscar a los merecedores que se nos legó.
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