Tesoros de la Biblia | Semana del 14 al 20 de Febrero 2022

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    TESOROS DE LA BIBLIA: “Jehová es considerado con los demás”.

     

    Jehová es considerado con los demás, respeta y atiende a sus siervos fieles. Siempre está ahí para nosotros por su inmenso amor hacia sus hijos terrestres. Esta misma atención y respeto tenemos que mostrarla nosotros a nuestro prójimo, a la congregación cristiana, a los jóvenes y personas mayores. Debemos imitar a Jehová y aprender de Samuel a ser personas consideradas con los demás.

     

    Una persona considerada con los demás es aquella que respeta y muestra atención por los demás, actúa con consideración. Es decir, muestra respeto, amabilidad y atención en el trato hacia otra persona o una cosa. Un interés sano, respetuoso y amable.

     

    ¿Por qué es un ejemplo Samuel, con la edad que tenía, de ser un chico considerado? Vamos a leerlo en 1 Samuel 3:4-7.

     

    “Entonces Jehová llamó a Samuel, y Samuel contestó: “Aquí estoy”. Y corrió hasta donde estaba Elí y le dijo: “Señor, me llamaste, aquí estoy”. Pero él le respondió: “No, yo no te llamé. Vuelve a acostarte”. Así que Samuel fue y se acostó. Jehová lo llamó otra vez: “¡Samuel!”. Entonces Samuel se levantó, fue adonde estaba Elí y le dijo: “Señor, me llamaste, aquí estoy”. Pero él le respondió: “No, mi hijo, no te llamé. Vuelve a acostarte”. (Samuel aún no conocía a Jehová y todavía no había recibido ningún mensaje de Jehová).”

     

    En lo que acabamos de leer notamos la predisposición de Samuel con la edad que tenía y la hora que era. Él se levantó repetidas ocasiones porque pensaba que Elí, su Señor, lo estaba llamando. Incluso corriendo a ver lo que Elí quería y en todas las ocasiones dirigiéndose a él como sumo respeto. Siempre con la mejor de las actitudes, estuve predispuesto.

     

    Samuel, en la segunda o tercera vez no le dijo a su Señor: “Que sí, que me llamaste”. No, Samuel siempre que escuchó en su sueño que lo llamaban, corrió y fue, y se dirigió con el mayor respeto a su Señor, y volvió a hacer lo que él le dijo, irse a dormir. Estos versículos denotan como ser una persona considerada, que actúa con respeto y atención hacia las cosas y los demás.

     

    Una persona, que solo era un niño, porque Samuel comenzó a servir a Jehová en el tabernáculo. De hecho, eran tan pequeño que en el versículo 7 aclara que Samuel aún no conocía a Jehová y por eso pensaba que era Elí, su Señor, quien lo estaba llamando. Nunca había recibido un mensaje por parte de Jehová, y aunque estuviera confundido por ello, siguió actuando con consideración.

     

    No es solamente un ejemplo a seguir por los adultos y jóvenes sino también por los niños de la congregación. Samuel nos demuestra que no hay una edad para ser considerados, (un estudio de la Biblia cifra en 12 años la edad de Samuel en ese momento), tenemos que ser personas consideradas desde que nacemos. Incluso aunque no sepamos muchas cosas, o conozcamos a las personas. Samuel no conocía a Jehová ni Él se había dirigido hacia Samuel nunca, pero esto no le impidió actuar con consideración.

     

    Samuel era un niño muy obediente, en todas las llamadas hizo caso de inmediato y siempre con respeto. Aunque la respuesta de Elí fuera siempre la misma. Hasta que Samuel cayó en la cuenta que era Jehová quién lo estaba llamando, y no el sumo sacerdote Elí.

     

    Samuel no cayó en este respecto, de que fuera Jehová hasta la tercera ocasión que ocurría lo mismo y Elí cayó en la cuenta de lo que ocurría. Jehová podía haberle dicho al joven Samuel que era él, pero no lo hizo, y aunque no sepamos porqué, nos deja un ejemplo muy grande a imitar por todos, el de Samuel, como un niño considerado, respetuoso, atento y amable. Vamos a leer 1 Samuel 3:8,9.

     

    “Y Jehová lo llamó por tercera vez: “¡Samuel!”. Entonces Samuel se levantó, fue adonde estaba Elí y le dijo: “Me llamaste, aquí estoy”. Ahí fue cuando Elí se dio cuenta de que era Jehová quien estaba llamando al niño. Así que Elí le dijo a Samuel: “Anda, acuéstate, y si te llama de nuevo le tienes que decir ‘Dime, Jehová, tu siervo está escuchando’”. Samuel se fue y volvió a acostarse.

     

    Tuvo que ocurrir una tercera vez cuando Elí se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo con el joven Samuel y entonces le dio instrucciones precisas de lo que tenía que hacer si Jehová volviese a contactar con él. Esta vez, Samuel quizás no estaría tan confundido, sino que empezó a comprender lo que estaba ocurriendo, hizo tal como Elí le mandó, se volvió a acostar y ya sabía cómo estar atento si Dios le volviera a contactar. Tal como ocurrió y vamos a leer en 1 Samuel 3:15-18.

     

    “Samuel se quedó acostado hasta la mañana. Entonces abrió las puertas de la casa de Jehová. Le daba miedo contarle a Elí la visión que había tenido. Pero Elí llamó a Samuel y le dijo: “¡Samuel, hijo mío!”. “Aquí estoy”, respondió él. Y Elí le preguntó: “¿Qué fue lo que te dijo? No me lo ocultes, por favor. Que Dios te castigue severamente si me ocultas una sola palabra de todo lo que te dijo”. Así que Samuel se lo contó todo; no le ocultó nada. Elí le dijo: “Es Jehová. Que haga lo que a él le parezca bien”.

     

    Samuel tenía miedo de la visión que vio y sobre todo de contárselo a Elí por el mensaje de censura que traía. Elí le llamó, esta vez sí, el sumo sacerdote le llamó para que le contara todo lo que Jehová le había dicho. Y de hecho, Elí le exigió que le contara hasta la última palabras y así lo hizo Samuel, sin importar la edad que tenía y el miedo que sentía por la visión y sus consecuencias.

     

    La Ley de Jehová decretaba que los niños debían respetar a la gente mayor, sobre todo si se trata de un principal o jefe del pueblo, como dice Levítico 19:31: “Ante canas debes levantarte, y tienes que honrar a las personas mayores y temer a tu Dios. Yo soy Jehová”.

     

    Claro, si nos ponemos en la situación de Samuel tuvo que ser muy difícil, el mismo relato bíblico dice que tenía miedo. No se trata de cualquier visión, se trata de una visión que le dio Jehová a un niño de 12 años y que contiene un duro mensaje de condena de Dios. Muchas personas mayores de gran experiencia se podrían preguntar porqué Dios confió este mensaje en un joven y no en la experiencia de un sumo sacerdote.

     

    ¿Por qué un joven de 12 años para confiarle tal mensaje de condena? Jehová le dejó claro a Elí que tenía que ser él, que se había dirigido a Samuel, que lo estaba llamando a él. Elí se encargó de la situación y le dijo a Samuel que no le ocultara nada, el joven obedeció y le contó todas las palabras que la había dicho Jehová.

     

    La responsabilidad que cayó sobre este joven es enorme. Era su primera vez, ni siquiera conocía a Jehová y le encomendó una importante visión. ¿Cómo actuó Samuel? Fue considerado, con respeto y amabilidad. Hacia su mayor, Elí, el sumo sacerdote y su Señor, y ante Dios, ante Jehová haciendo tal como le pedía.

     

    Jehová también fue considerado con Elí. Aunque le encomendó esta visión a Samuel, fue considerado el sumo sacerdote, respetándolo y siendo atento con él. No lo dejó de lado, sino que le dijo y le dejó claro a Elí que todo lo que la había contado Samuel provenía de Él, que era Él, Dios, quien había llamado a Samuel.

     

    El versículo 18 que acabamos de leer, nos da la resolución a toda esta situación: “Elí le dijo a Samuel: es Jehová, haz lo que a él le parezca bien.

     

    A lo largo de este discurso de tesoros de la Biblia hemos visto cómo los protagonistas de este relato bíblico han actuado de forma considerada. En el comienzo hemos visto que la consideración implica respeto y atención. Samuel fue respetuoso y atento, Elí fue respetuoso y atento con Samuel y con Dios. Y Jehová también fue considerado con Elí.

     

    Recordemos lo que hemos dicho al comienzo de este discurso: “Una persona considerada con los demás es aquella que respeta y muestra atención por los demás, actúa con consideración. Es decir, muestra respeto, amabilidad y atención en el trato hacia otra persona o una cosa. Un interés sano, respetuoso y amable.”

     

    Ahora tenemos el ejemplo de Jehová, Samuel y Elí. ¿Cómo podemos nosotros mostrar que somos personas consideradas con los demás? Porque no basta solo con decirlo, sino que tenemos que demostrarlo. Esto es lo único que importa, y esto es lo que ve Dios de nosotros, ¿cómo tratamos a los demás? ¿Somos respetuosos y atentos?

     

    Dios quiere que tratemos con amor a nuestro prójimo, que imitemos sus cualidades. Así que nos toca reflexionar y preguntarnos, “¿Cómo puedo ser considerado con los jóvenes y las personas mayores? Y para esto podemos recordar el dibujo que vemos en nuestra guía de actividades. Como Samuel fue considerado con Elí obedeciendo a Jehová. Y también tenemos que reflexionar en ¿Cómo puedo ser considerado en las reuniones cristianas?”.

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