Tesoros de la Biblia | Semana del 6 al 12 de Diciembre 2021

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    TESOROS DE LA BIBLIA: “Vayan con la fuerza que tienen”.

    Nuestras fuerzas es una fuente de poder e iniciativa para lograr todo aquello que nos propongamos. Los siervos de Jehová, fieles a Él y que confían plenamente en su palabra cuentan aún con más fuerzas incluso en aquellos momentos de debilidad. Ya que es Jehová quien nos da fuerzas para recomponernos y sobrellevar las diferentes situaciones que se nos presentan.

    Como siervos de Dios usamos todas nuestras fuerzas en su servicio sagrado. Si así lo hacemos de buen corazón, todo lo demás será añadido. Incluso, aunque esta labor nos pueda cansar o agotar nuestras fuerzas, Jehová será una fuente continua de ánimo y fuerzas para desempeñar nuestras laborales domésticas y obligaciones laborales.

    A ningún siervo de Dios nunca le ha faltado lo necesario para vivir por hacer la obra de Dios, y esto no cambiará porque Jehová cuida a sus amados hijos.

    Hermanos, hermanas, usemos nuestras todas nuestras fuerzas para adorar a Jehová. Nuestras fuerzas van mucho más allá de lo que realmente pensamos que podemos hacer. Porque sí de corazón puro y sincero queremos servir a Dios, no solo lo estará haciendo nuestra fuerza interna, sino también la que Jehová nos provee.

    Esto lo vivió en primera persona Gedeón, hijo de Joás. No se sentía capacitado y la tarea encomendada era muy difícil. Tanto que desbordaría a cualquier hombre imperfecto, incluso a Gedeón que dudó en varias ocasiones y puso a prueba al propio Jehová para saber si era Él y de verdad esta era su voluntad a través de su persona.

    No obstante, en este contexto de incertidumbre fue valiente. Y la fuerza que tenía se vio exponencialmente potenciada por la mano de Jehová, que fue su roca fuerte.

    Es como si, imaginemos que funcionamos como un coche con combustible. Podemos tener el tanque lleno y estar llenos de fuerza. Pero a medida que la vida avanza o lo hace una situación que se complica el combustible va abajando hasta que llega a un límite peligroso donde se enciende la energía de reserva. No podemos seguir mucho más, la situación nos supera, el viaje es muy largo y complicado y debemos parar, no tenemos energías para seguir, estamos en reserva.

    Pero esta energía de reserva viene del propio de Jehová, y a diferencia del coche. Nunca se agotará, sino que es una fuente de energía permanente y constante que nos hace ver que el camino es difícil pero que no estamos solos y se nos está alimentando con lo necesario espiritualmente para seguir avanzando. Esto nos anima, y va rellenando nuestros ánimos y nuestro tanque otra vez a full.

    Esto le ocurrió a Gedeón, esto nos ocurre a todos nosotros en ciertos momentos de nuestra vida que tiramos del combustible de reserva, que tiramos de la fuerza que nos da Jehová cuando la nuestra se ha acabado. Veamos porqué Gedeón se vio desbordado leyendo Jueces 6:2-6 y el versículo 14.

    “Y Madián dominó a Israel. Por culpa de Madián, los israelitas se hicieron escondites en montañas, cuevas y lugares de difícil acceso. Cada vez que los israelitas sembraban, los madianitas, los amalequitas y los orientales los atacaban. Acampaban para luchar contra ellos y destruían las cosechas por todo su territorio hasta Gaza, no dejaban en Israel nada para comer ni tampoco ovejas, toros o burros. Porque subían con sus animales y sus tiendas de campaña, y eran tan numerosos como las langostas. Ellos y sus camellos eran tantos que no se podían contar. Llegaban al país para destruirlo. Al final, Madián dejó a Israel hundido en la miseria; y los israelitas le rogaron a Jehová que los ayudara.”

    Como hemos visto la semana pasada con los ejemplos de Débora y Jael la situación de Israel por darle nuevamente la espalda a Jehová era terrible. Israel como leemos en el relato bíblico se encuentra en la miseria, al borde del abismo. Hasta que Débora encarga por instrucción divina este cometido a Gedeón y culminó Jael para la gloria de Jehová.

    En el versículo 14, leemos:

    “Jehová se volvió hacia él y le dijo: “Vete, que con la fuerza que tienes salvarás a Israel de las manos de Madián. ¿Acaso no soy yo el que te envía?”

    Sí. Gedeón era enviado por Jehová, era su voluntad que liberara a Israel de la opresión a la que estaba sometido, pero Gedeón no se veía capacitado. Consideraba que había personas más cualificadas y con más poder que él. La diferencia es que Gedeón contaba con el poder, la mano y la aprobación del Todopoderoso de Todos los ejércitos Jehová, fue tanto que ordenó a Gedeón ir con menos hombres de los que contaba que al final sumaba unos 33.000 hombres, de los que Jehová filtró y solo quedaron 300.

    Es evidente, que la fuerza de Gedeón se vio excepcionalmente guiada por la mano de Jehová. Y por eso tuvo éxito. Pero antes de esto, Gedeón seguía inseguro… no estaba nada convencido y se refirió a Jehová en varias ocasiones y le dijo que no estaba preparado, que fuera otra persona. Leamos Jueces 6:15:

    “Y Gedeón le respondió: “Perdón, Jehová, pero ¿cómo voy a salvar yo a Israel? Mira que mi clan es el menos importante de Manasés y yo soy el más insignificante de la casa de mi padre”.

    ¿Estamos nosotros preparados para hacer la voluntad de Jehová? Una primera respuesta es: evidentemente que sí. Claro, amamos a Jehová y hemos prometido dar nuestras vidas a su servicio. Pero vamos a concretar un poco más la pregunta, ¿estamos preparados para predicar las buenas nuevas del nuevo mundo, las buenas noticias aún si esto significa que nos perseguían, ataquen, encarcelen o hasta perdamos la vida?

    Esto es lo que ocurre en muchos lugares del mundo como bien sabemos, y son las consecuencias que enfrentan cientos y miles de nuestros hermanos. Sí, seguimos decididos a hacer la voluntad de Jehová bajo estos términos. Pero somos humanos imperfectos, y nuestras energías y fuerzas pueden desfallecer en un momento de debilidad o tras un desgaste continua en esta lucha contra las Naciones de Satanás.

    Pero somos más capaces de lo que pensamos y estamos muy cualificados. Las energías nunca se nos agotarán. Al contrario, cuando lleguemos al tanque de reserva, ahí estará Jehová para darnos las fuerzas que necesitamos para continuar nuestro arduo trayecto hacia el Nuevo Orden que establecerá nuestro Padre celestial.

    Jehová se las dio a Gedeón cuando las necesitaba como hemos dicho anteriormente, incluso cuando redujo considerablemente el número de efectivos con el que contaría para derrotar al enemigo opresor. Jueces 7:19-22.

    “Gedeón y los 100 hombres que estaban con él llegaron al borde del campamento cuando empezaba la segunda vigilia de la noche, justo después del cambio de turno. Y tocaron los cuernos e hicieron pedazos los jarrones que llevaban en la mano. Así que los tres grupos tocaron los cuernos e hicieron pedazos los jarrones. Sostuvieron las antorchas con la mano izquierda, tocaron los cuernos que llevaban en la derecha y gritaron: “¡La espada de Jehová y de Gedeón!”. Los hombres permanecieron quietos en sus puestos alrededor del campamento, pero todo el ejército enemigo salió corriendo, gritando mientras huía. Los 300 siguieron tocando los cuernos, y Jehová hizo que por todo el campamento los hombres se atacaran unos a otros con sus espadas. El ejército enemigo huyó hasta Bet-Sitá, y hasta Zererá, hasta las afueras de Abel-Meholá, junto a Tabat.”

    Un grito estremecedor que daba tantas fueras a Gedeón y sus hombres al tiempo que se las quitaba al enemigo: “¡La espada de Jehová y de Gedeón!”. Un nombre propio, de noche, que aterra a sus enemigos: “La espada de Jehová”. ¿Quién no sentiría miedo? ¿Quién no sentirá miedo hoy día? Los siervos de Jehová cuentan con la aprobación y dan gloria del nombre de Jehová con sus actos para impulsar la obra del Reino celestial. No sintamos miedo, estamos del lado de Jehová, miedo sentirán nuestros enemigos.

    Cuando llegue el ataque final celestial de parte de nuestro Padre celestial y de Jesús, con sus ángeles y los 144.000 mil será desbastador. No son 300 hombres, que bien podían serlo por la fuerza y gloria de Jehová. En este caso es un ejercito mucho más grande que agitará tierra y cielo. Pensemos en la gran gloria y poder de Jehová.

    Si así lo hacemos y confiamos en todo momento en lo que nos dice y manda hacer en su palabra la Biblia, no tenemos porque sentir miedo o que no somos capaces de superar cierta situación. Es más, veamos estas situaciones difíciles que nos plantea la vida como una oportunidad para santificar y glorificar el nombre de Jehová.

    Si esto es lo que queremos demostrar de corazón, tendremos la aprobación de Jehová y su espíritu santo nos dará las fuerzas, el combustible que necesitamos para llegar a nuestro objetivo, a nuestra meta, a superar la opresión sin importar ni siquiera pensar en si estamos cualificados o no. Porque Jehová está cualificado para todo, es el Todopoderoso, y estará a nuestro lado, su mano será visible. Será nuestra roca, nuestro escudo protector, nuestras fuerzas.

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