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    SJ
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    TESOROS DE LA BIBLIA: “Gánese una buena reputación y no la pierda”.

     

    Rut por amor leal siempre antepuso el bienestar y salud de otros a sus deseos personales. Por amor leal, acompañó y no abandonó a Noemí, aunque esto supusiera dejarlo todo atrás. Orpá, quién también sentía mucho lo que estaba sufriendo Noemí, volvió a la ciudad, donde estaba su vida.

     

    Además, Rut hizo todo lo que le pidió Noemí sobre Boaz cuando ella misma podía haber querido o tener otros sentimientos más ambiciosos. No obstante, ella se sentía regocijada al hacer el bien en los demás y ver su felicidad. Esto le hizo ganarse una buena reputación y no perderla. Era considerada como una mujer joven sabia, sincera, humilde y amorosa.

     

    Rut hizo cosas muye buenas para con todos, no solo con Noemí. Y esto fue valorado y visto por muchas personas. De igual forma que Rut, nosotros debemos velar por el bienestar, por el bien de los demás y hacer cosas buenas. De esta forma, también estaremos construyendo una reputación por la que se nos conocerá, y si seguimos siempre haciendo el bien, la mantendremos.

     

    Y tal como conocían a Rut como una mujer con buena reputación, se nos conocerá igual. Y lo más importante, Jehová está viendo nuestras acciones y porqué están motivadas, si es o no por amor leal. De ser así, sin duda recibiremos muchas bendiciones como Rut. Leamos Rut 3:10. Allí dice:

     

    “Él le dijo: “Que Jehová te bendiga, hija mía. El amor leal que estás demostrando ahora es todavía mayor que el que demostraste la primera vez, porque no te has buscado un hombre joven, fuera rico o fuera pobre.”

     

    Rut demostró amor lea en muchas ocasiones y momentos de su vida de forma pública y con grandes gestos. Boaz se refería en este versículo específicamente a dos grandes actos en los que se ve reflejado claramente que Rut hizo cosas muy buenas por los demás, miró antes por ellos que por si misma.

     

    Nos referimos a, la primera decisión de abandonar todo y acompañar de vuelta a su tierra a Noemí quién, quizás, ya no le podía ofrecer lo que una mujer de su edad en aquella época buscaba. Es más, abandonaría su vida para irse a una tierra donde ella sería como una extranjera.

     

    La segunda gran decisión fue escuchar a Noemí y hacer tal como ella le sugirió. Noemí podía haber buscado cualquier otro tipo de hombre más joven, de su edad, tanto rico como pobre. Sin embargo, ella quiso hacer lo que Noemí le recomendó, por ella y por su difunto esposo ya que deseaba perpetuar el nombre del difunto esposo de Noemí en su tierra natal. Este altruismo de Rut lo vio Boaz como vemos en la ilustración de esta semana y le generó muchas bendiciones.

     

    Nunca les faltó comida a Noemí y a Rut como también vemos en la ilustración, el como Rut siempre se ganó con su trabajo, humildad y amor leal el sustento para sí y para su suegra, lo suficiente y algo más para las dos, pero más que eso. Rut fue conocida como una mujer excelente en todos los sentidos. Una desconocida desde el momento que llegó a Israel con Noemí, a una mujer conocida, excelente y con una buena reputación como vamos a leer en Rut 3:11. Allí dice:

     

    “Y ahora, hija mía, no tengas miedo. Haré por ti todo lo que dices, pues en la ciudad todos saben que eres una mujer excelente.”

     

    Estas palabras de Boaz no son fruto de casualidad sino del trabajo y del empeño de Rut en hacer las cosas bien y de forma respetuosa. Rut se habrá sentido profundamente conmovida por las palabras de Boaz y por ser considerada como una mujer excelente. De hecho, en el gesto que hace con la mano al llevársela al corazón como vemos en la ilustración refleja este mismo hecho.

     

    Rut que se fue a vivir con Noemí en una tierra con otras costumbres y creencias, se esforzó por respetarlas, entenderlas y servir al mismo Dios que hacía Noemí, en Jehová. Tuvo un gran anhelo por conocer y servirle. Se adaptó a una cultura y costumbres que desconocía. Trató a los demás en todo momento con respeto y haciendo cosas buenas por los demás.

     

    Si imitamos a Rut, también trataremos con respeto a las personas, aunque tengan unas costumbres diferentes. Sabemos que Jehová es el único Dios verdadero y nunca dejaremos de servirle. Hay muchas personas, y hermanos que sirven como nosotros a Dios fielmente, pero tienen otras costumbres por el territorio en donde viven. Imitando a Rut, sabremos, no solamente respetarlos sin importar aspectos culturales, sino hacer cosas buenas por ellos y lo que necesiten, y seremos conocidos como personas excelentes que anteponemos primero a Jehová y los intereses de su pueblo, que nuestros deseos personales. Esto hará que nos labremos una buena reputación.

     

    Una buena reputación que no pasa desapercibida a los ojos de Jehová. No lo hizo con Rut y no lo hará con cada uno de nosotros. Jehová nunca abandonó a Noemí aunque ella pensara y sintiera que estaba en su contra, pero tampoco lo hizo con esta mujer excelente Rut. Todo lo contrario, se fijó en las buenas y bonitas cualidades de Rut y la bendijo como vamos a leer en Rut 4:11-13.

     

    “Todos los que estaban en la puerta de la ciudad y los ancianos dijeron: “¡Somos testigos! Que Jehová le conceda a la esposa que entra en tu casa ser como Raquel y Lea, de quienes salió la nación de Israel. Que prosperes en Efrata y que te hagas un buen nombre en Belén. Y que, con los descendientes que Jehová te conceda mediante esta joven, tu familia sea tan grande como la de Pérez, el hijo que Tamar le dio a Judá”. Entonces Boaz tomó a Rut y ella se convirtió en su esposa. Tuvo relaciones con ella, y Jehová permitió que ella quedara embarazada y tuviera un hijo.”

     

    Hoy día los vemos como algo natural, pero en los tiempos bíblicos en los que se escribieron estos relatos, que una mujer tuviese un hijo era visto como una gran provisión y bendición por parte de Jehová, y como un gran deseo por parte de toda mujer.

     

    Rut fue bendecida por Dios con un hijo por parte de Boaz, quién finalmente la tomó como esposa. Fue tal la repercusión y la bendición a Rut por el amor leal que mostró en su vida en numerosas ocasiones que las mujeres de Belén bendijeron a Noemí y alabaron a Rut por serle mejor que siete hijos varones.

     

    Estas bendiciones que recibió Rut por ser una mujer excelente se fueron sucediendo, el hijo de Rut llegó a ser antepasado de un gran rey como fue David. Quién a su vez llegó a ser, en la forma que conocemos y dice la Biblia, en antepasado de Jesús, como dice Mateo 1:1: “hijo de David, hijo de Abrahán”.

     

    De hecho, Rut llegó a ser una de las cinco mujeres que constan en la genealogía bíblica de Jesús junto a Rahab, la madre de Boaz que tampoco era israelita como Rut. Rut, una mujer que es un ejemplo bíblico a seguir por su amor leal que la llevó a construir una buena reputación que mantuvo y por la que fue conocida como una mujer excelente en todo el territorio.

     

    Un ejemplo para nosotros hoy día, de una persona que vivió acontecimientos importantes en su vida y muy duros que no les impidió seguir mostrando amor, amor leal y ayudar a los demás aún con los problemas que ya tenía en su vida y todo el sufrimiento que tuvo que pasar y soportar. Ella siempre mostró su mejor versión, y buscó el bienestar de los demás.

     

    ¿Cómo podemos imitar a Rut? ¿Qué cualidades queremos que las demás personas vean en nosotros?

     

    De seguro que queremos construirnos una buena reputación por la que se nos conozca. Esta debemos construirla poco a poco a base de amor leal, humildad y sinceridad. Ayudando a los demás en lo que esté en nuestra mano, abriendo nuestros brazos y corazón. De seguro así, estaremos poniendo en primer lugar a Jehová, estaremos honrando y glorificando su nombre con nuestras buenas acciones y de cara a los demás, se nos conocerá como personas excelentes en las que se puede confiar y apoyarse.

     

    Un ejercicio que nos sugiere la guía de actividades con este discurso que acabamos de disertar, es hacer una lista con las cualidades que nos gustaría que nos vieran los demás en nosotros. Así que pensemos, reflexionemos y meditemos en qué palabras queremos que los demás nos definan o recuerden en nosotros, qué cualidades son estas, qué cualidades nos gustaría que fueran y qué estamos haciendo para conseguir que se nos vea así, ¿estamos imitando el ejemplo de mujer excelente de Rut?

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