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    SJ
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    Discurso (5 minutos). Con Ejemplo de fe, el capítulo 5: “Una mujer excelente” y los párrafos del 5 al 9.

     

    La lección a trabajar es la 20 con el tema: “Hacer una buena conclusión”. Esto lo logramos conectando la conclusión con el tema principal, motivar a los oyentes y que la conclusión sea sencilla y breve.

     

    Título: ¿Qué es una familia?

     

    El concepto de familia se puede definir como aquel conjunto de personas que son parientes entre sí. Cuando pensamos en una familia, de forma tradicional podemos pensar en padres e hijos y abuelos. Y después de esto vamos a familiares más lejanos.

     

    Si bien es cierto que esta puede ser la definición tradicional de lo que consideramos y pensamos que es una familia, la Biblia nos demuestra que no necesariamente tiene que ser así, o así de extensa. Sino que puede estar formada por dos personas, como Rut y Noemí, y en este caso, entre suegra y nuera.

     

    De hecho, una familia es aquella que se demuestra verdadero amor leal y está ahí siempre para ayudar y apoyar. Ya sea que esté formada por personas por consanguinidad, afinidad, adopción u otras muchas razones. Nosotros nos rodeamos de aquellas personas a las que consideramos familia.

     

    Por ejemplo, hemos elegido el pueblo de Dios como nuestra familia espiritual. Son todos nuestros hermanos espirituales, no compartimos sangre, pero compartimos las mimas creencias y estamos dispuestos siempre a ayudarlos en todo lo que necesitan y a apoyarlos. Así estamos demostrando verdadero amor leal a nuestra familia espiritual y cosechando grandes bendiciones como vamos a leer, si me acompañan, en Marcos 10:29,30:

     

    “Jesús les dijo: “Les aseguro que no hay nadie que haya dejado hogar, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o campos por mí y por las buenas noticias que no reciba ahora, en este tiempo, 100 veces más —casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y campos, aunque con persecuciones— y, en el sistema que viene, vida eterna.”

     

    De hecho, a Rut le fue muy bien trabajando para un hombre bondadoso provisto por Jehová como Boaz, para el que trabajó en sus campos obteniendo alimento de sobra para ella y Noemí, y trabajando en un ambiente armonioso con otras jóvenes alejándose de propietarios de tierras con malas intenciones. Esta familia, Rut y Noemí vieron estas grandes bendiciones de Marcos 10:29,30 tal como las ven el pueblo de Dios cuando se ayudan y se refugian en la familia espiritual que tenemos en nuestras congregaciones.

     

    Tenemos una amplia familia espiritual por todo el mundo. Más allá de nuestro círculo más íntimo y cercano de personas que consideramos como nuestra familia. Siempre que lo necesitemos podemos contar con una familia mucho más extensa, y que como Boaz, ha puesto Jehová a nuestra disposición, y es su querido pueblo espiritual.

     

    Formamos parte de esta familia, y como tal, debemos y está en nuestro corazón ayudar y apoyar siempre a nuestros hermanos, esto es lo que nos impulsa el amor leal que sentimos por ellos. Una ayuda desinteresada y sincera tal como ayudamos a un padre o a una madre querida, a un hermano de sangre, a un abuelo o abuela… de igual forma, ayudamos a nuestro hermano espiritual, porque forma parte de nuestra otra familia mundial.

     

    Al tiempo que estamos listos para ayudarlos, estamos siendo observados por Jehová, quien se siente sumamente agradado por nuestro esfuerzo y anota en su memoria eterna los buenos gestos sinceros que tenemos para ayudarnos mutuamente. Así queda recogido en Proverbios 19:17 que vamos a leer:

     

    “El que le muestra compasión al necesitado le hace un préstamo a Jehová, y él lo recompensará por eso.”

     

    Y no solo hablamos de la vida eterna, sino de muchas otras bendiciones que podemos ver en nuestro día a día. Como en el caso de Rut y Noemí, que por muy pequeña que pueda ser nuestra familia más íntima, siempre reinará el amor leal entre nosotros. O como dijo Jesús, quienes no tienen familia la encontrarán en la congregación cristiana.

     

    Rut y Noemí, como leímos en Marcos 10:29,30, recibieron mucho más de lo que tenían. Estas mismas bendiciones las disfrutamos los siervos fieles a Dios en nuestras vidas, hasta que llegue la última parte de la promesa de Marcos 10:30, que es la vida eterna.

     

    La familia, hermanos y hermanas, es un valioso tesoro que nos ha dado Jehová y por el cuál debemos de luchar y mostrarnos amor leal. Son personas que siempre estarán a nuestro lado cuando lo necesitemos… y en este sistema de Satanás necesitamos de este amor en grandes dosis. Cuidemos a nuestra familia, tanto la más cercana como a nuestra familia espiritual. No solo tendremos grandes bendiciones y nos cuidaremos entre nosotros, sino que este amor leal conduce a vida eterna.

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